martes, 29 de septiembre de 2009

El Miedo


Cuando Bella dormía sola, en la habitación siempre había un rincón habitado por el miedo. A veces se quedaba ahí quieto, sin salir, sin atacarla, pero aún así ella sabía que existía, que permanecía allí agazapado. A veces el miedo aprovechaba los chirridos de la oscuridad, los crujidos del silencio, y entonces salía de su rincón y caía sobre ella como un rayo. Era su propio miedo, la conocía bien, y no había manera de defenderse de él. En esos caso Bella se limitabas a encogerse en la cama, a arrimarse la espalda a la pared y a esperar que amaneciera. Era un miedo muy pertinaz.

Extracto del libro: Te Trataré Como a Una Reína de Rosa Montero